LAS DICTADURAS VIGENTES AL SUR DEL RIO GRANDE.
IVÁN ORÉ CHÁVEZ
El 1962 Roberto Conquest escribió su libro “El Último Imperio”
denunciando el Imperialismo Soviético y su etnocidio cultural contra las
nacionalidades dominadas bajo la
preponderancia de la Rusia comunista.
Para esta época la marea ideológica consistía en imputar la
exclusividad del etnocidio a las “metrópolis capitalistas”, es decir las
potencias llamadas occidentales: USA y el gran garrote contra nosotros los
Andinos, el Reino Unido de Gran Bretaña y sus masacres saqueadoras contra más
de la decima parte del globo, la Bélgica
y sus mutilaciones de los pequeños hijos de esclavos africanos en el Congo para
alimentar la fortuna cauchera de su sensiblemente refinado rey europeo.
Robert Conquest vas más allá de este debate trillado de
buenos y malos, y decide desenmascarar a la otra hija de Babilonia que estaba
pasando inadvertida, nos referimos a la Rusia soviética. Su merito es decir la
verdad faltante en un mundo donde la gente se polariza, endiosan a un bando
para demonizar al otro. Denuncia el imperialismo soviético, probando que el poder
ruso comunista utilizaba los nacionalismos con el objeto de fortalecer el poder
soviético, para después tratar de disolver y finiquitar el sentimiento
nacional.
La coyuntura de Robert Conquest no es sino una constante histórica
en un mundo donde cuanto más cambian las cosas más siguen igual. En la antigua
Grecia se peleaban Atenienses demócratas contra Espartanos oligárquicos, no había
buenos ni malos, ambos eran simplemente poderes que chocaban entre si y tenían sus
propios imperios (uno marítimo y otro terrestre). Fue Tucidides quien pinta
esta situación sin tanto tinte ideológico ni partidario.
Robert Conquest se libera de los candados ideológicos vigentes
y nos muestra las cosas tal cual son: un imperio soviético con base étnica rusa
dominada por una secta política comunista que es tan o peor de despiadada que
sus rivales capitalistas con los demás grupos étnico nacionales que se resisten
a ser instrumentalizados por ella. Por lo tanto existen en el mundo de la
Guerra Fría dos poderes: El Occidental
bloque imperialista Anglo-USA bandera del capitalismo democrático liberal
enfrentado al imperio soviético ruso organizado en democracias populares con
miras a la dictadura del proletariado. Al igual que la época de Tucidides no se
trata de buenos y malos: son dos poderes que crecen a tal grado que chocan
entre si y terminan enfrentándose para conseguir la supremacía, y en su intento
aplastan los demás grupos, Estados y naciones pequeñas, grandes o medianas, que
se interponen en el camino a su supremacía de aspiración universal.
Siempre ha sido así, lo extraño es que no lo queremos ver de
esa manera y ellos hacen que termínennos
siendo influenciado por uno u otro bando, impidiéndonos ver todo el panorama
completo, justificando a uno de los opresores.
Robert Conquest no muestra como los rusos soviéticos
acostumbraban ejecutar a los líderes nacionales que buscaban independizar o al
menos volver menos dependientes a sus pueblos, nos habla de Faisulla Khodzhayev
(Fayzullo Xojayev), primer ministro del Soviet de Uzbekistán, que en la víspera
del juicio, en marzo de 1938, confesó entre otras cosas: “Trazamos los planes económicos de tal manera de tuviéramos menos algodón
porque esta cosecha industrial más que
cualquier otra vinculaba el Uzbekistán a la Unión soviética; además, planeamos
desarrollar la agricultura de Uzbekistán de tal ,manera que se ampliara el
cultivo de granos …. A fin de no depender del grano ruso; finalmente, habíamos planeado
desarrollar la industria; la construcción de carreteras, etc., de tal manera que…
fuéramos mas independientes de lo que habíamos sido antes”. El 15 de marzo
de 1938, Faisulla Khodzhayev fue ejecutado.
Es en el tratamiento de la “cuestión nacional” que el post
estalinismo no varió en nada las técnicas de terror del fallecido zar rojo. Los
rusos comunistas llegaron a los extremos de sacrificar manadas enteras para
obligar a las nacionalidades nómadas ganaderas a sedentarizarse en sus modernas
ciudades soviéticas. recién aquí podemos entender la negativa de J. C. Mariategui ha calcar en Perú la ideología soviética que inspiraba el trato a las nacionalidades.
Atenienses demócratas versus espartanos oligárquicos;
estadounidenses capitalistas demo liberales contra rusos comunistas demo
populistas, nuestra situación actual medio siglo después no ha variado mucho. En
la América del centro y sur, seguimos considerándonos libres por pertenecer a
una “democracia” obviando que una casta oligárquica en Perú de menos de 2 mil
personas escoge los candidatos cada cinco años, que esta casta domina más de la
mitad del mercado e banca, seguros, AFPs , energía, minas y medios de comunicación.
Criticamos a Venezuela, Bolivia y Ecuador por el hecho de ser
gobernados por una
DICTADURA POLÍTICA CONSISTE EN UNA CÚPULA QUE CONTROLA EL PODER ESTATAL (EJECUTIVO, CONGRESO, JUECES, ELECCIONES) y que usa como ARMA EL MIEDO Y LA SUMISIÓN.
Pero no queremos ver y vedamos el percatarnos que estamos dominados por una DICTADURA
ECONÓMICA que CONSISTE EN UNA CÚPULA QUE CONTROLA EL PODER ECONÓMICO (BANCA,
SEGUROS, AFPs, MINAS, PRENSA) usando como ARMA la IGNORANCIA Y POBREZA.
No cabe duda que mientras más cambian las cosas más siguen
igual.
Lima, 15 de agosto de 2016.
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