domingo, agosto 28, 2011

POBRES PALOMAS: UNA OLIGARCADA MÁS DE VILLARÁN



POBRES PALOMAS: UNA OLIGARCADA MÁS DE VILLARÁN

El viernes 26 de agosto de 2011 El Comercio publicó la última de las oligarcadas de la Alcaldesa Villarán “erradicar” las palomas que dan vida a la ciudad de Lima. No faltan los choligarcas que ven a estos animalitos con asco, esos sujetos a quienes todo le hueles mal y les apesta, todo menos ellos mismos. Viven su mundo al revés. El hecho es que Urpi, el nombre que nuestros ancestros dieron al gran espíritu de la paloma, debe estar muy decepcionado por esta aptitud de muchos peruanos que odian la naturaleza y hasta tienen la sinvergüencería de hacer sorna con esto.
Para los que tenemos huerto existe la observación de siempre tener una paloma en el jardín, es que Urpi, el espíritu madre de estos animalitos, es también el espíritu de los pantanos y de los bosques, es para nuestros ancestros y aquellos que valoramos lo nuestro, el guardín protector de la naturaleza. Es muy probable que encontremos algún sincretismo entre el concepto de guardián de la naturaleza y el de Espíritu Santo como representaciones simbólicas.
Es parte de nuestra identidad, algo que pasa inadvertido para la incestuosa casta oligárquica a la que pertenece la actual alcaldesa, así como para todos esos descendientes de quechua aymaras de segunda y subsiguientes generaciones que ya han perdido sus viejas tradiciones y las han remplazado por el gran ridícula estupidez de verlos imitar gustos extranjeros (como disfrazarse en día de los muertos con una calabaza de plástico vacía). Al fin y al cabo proviene de unos rechazando serlos e imitan a los otros sin llegar a serlo. Es decir, simplemente estos desarraigados no son nada.
Lima se asienta en un tablazo inclinado desde los bosques de los contrafuertes que fueron talados por los criollos coloniales para dejar sin techo a los palenques fugitivos de la esclavitud negrera y así recuperar su inversión. Esta meseta termina en el “Barranco” delimitado por la costa verde, en las orillas del Océano Pacifico donde después de miles de kilómetros se llega a tierra isleña conquistada en otrora por el Sapa Inca, cuyas panakas aún existen. El hecho es que nos hablarán de “erradicar” y pronto veremos palomas muertas. Llenaremos de más muerte la ciudad. Mucha gente enferma de alma estará feliz con esto.
Cada poblador debe asumir la responsabilidad de vivir cerca a las palomas. Es propio de gente enferma pedir la muerte de las palomas sólo porque alguna vez les cayó su gracia del cielo. Es propio de nuestros despreciados, tan populosos, ejercer su poder sobre la vida y la muerte con un animal que no se puede defender. Total nuestros despreciados cuando están al volante no desaceleran cuando ven pasara a una anciana despistada cuando el semáforo esta en verde para ellos. Sólo por el hecho de estar en verde para ellos. Ya sienten poder esta escoria de despreciados. Lo he visto varias veces y he leído expedientes judiciales similares a esta situación. La gran muchedumbre es despreciada y muerta de hambre. Todas sus decadentes manifestaciones culturales de origen urbano de desarraigo rural son resultado de esta caracterización.
La solución para las palomas no es matarlas. Recuerden que cuando estos despreciados prueban sangre animal terminan sintiendo lo mismo con la humana. Los oligarcas son nuestro mejor ejemplo. Tenemos que aprender a convivir con la naturaleza así como nuestros ancestros lo hicieron. Pregunten a sus abuelos si aun los tienen que significa vivir con los demás seres vivos. Si una paloma ensucia mi vereda del jardín simplemente lo limpio para cuidar a mis gatos. Y les enseño a mis gatos a no hacer daño a las palomas. Y aprenden a pesar de tener una gata peruana andina de mascota. Asumo la responsabilidad de limpiar lo que las palomas hacen, mi solución no es matarlas sino trabajar. Para el despreciado esta palabra es motivo de queja. Mi problema no son las palomas, lo que ellas hacen es algo normal. Antes habían mas palomas y nuestros ancestros no las mataban más bien les componían cánticos y poemas halagando a sus mujeres con símiles ¿Por qué tendríamos que matarlas o “erradicarlas” si son uno de los pocos detalles que nos da carácter de natural a nuestra artificial y superficial ciudad?
En Lima la gente vive tugurizada en las zonas castigadas con la pobreza y demás males sociales, además el hijo de migrante acostumbra miccionar y defecar en la calle ¿debemos matarlos también? La solución es dejar de ser ignorantes. La gente debe aprender que es normal convivir con la naturaleza y a veces nos va a tocar la parte más trabajosa de tener prevención pues al fin y al cabo todos los animalitos traen enfermedades. No vamos a ser tan estúpidos de matar a todos los animalitos por eso. Pues también nosotros les contagiamos enfermedades a los animales y ellos no nos van a matar por eso. La prevención consiste en saber tratar a la naturaleza sin destruirla pues nosotros también somos parte de ella. Dios no creo a la naturaleza para que nosotros tengamos peste de ella, sino para que la cuidemos, esa es nuestra labor. Cada uno de estos animalitos está creado para vivir y tenernos de protectores, son nuestros hermanos menores que tenemos que sobrellevar en unos casos y disfrutar en otros. No todo es paraíso con la naturaleza, pero vale la pena protegerla y ver a los niños jugar con las palomas en las plazas.
Si empezamos a matar a los animales y maltratarlos pronto nos llegará el turno entre nosotros mismos y terminaremos haciendo a los personas lo mismo que les hicimos a los animales. Es más, muchos ya están experimentando esa enferma situación en los momentos en que el lector nos lee.



¿RECUERDAN BIEN QUE LES ADVERTI REPETIDAS VECES DE NO VOTAR POR ESTA PERSONA?
Por último, si van a matar. Perdón “erradicar” a las palomas porque ensucian y contaminan sin pensarlo, pues carecen de nuestra voluntad y raciocinio “avanzado”. Entonces ¿Qué haremos después con estos, los consocios de los familiares de la alcaldesa Villarán, que están contaminando el Perú a lo grande?

¿Alguien tiene una propuesta?
Saludos.
Iván Oré Chávez.