lunes, octubre 26, 2020

NANOBOTS EN EL CUERPO HUMANO. CAMPO DE BATALLA DE LA TERCERA GUERRA MUNDIAL.

Por Iván Oré. 26.10.2020 Facebook: @realbiopolitica

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Fantastic Voyage es un cuento de coautoría de Otto Klement y Jerome Bixby el cual sirvió de guion para la película de ciencia ficción titulada El viaje Fantástico o llamado también Viaje, estrenada en el año 1966, la cual narra la aventura que experimentan dentro del cuerpo humano un equipo de personas que son miniaturizadas junto con un submarino. Ese año Isaac Asimov elaboraría una novela homónima debido a la inspiración que el provoco el guion de dicha conta cinematográfica.


El escenario de esta historia de ficción es una guerra fría entre la Unión Soviética y los Estados Unidos donde ambos han desarrollado la tecnología de miniaturización, solo pudiendo mantener en este estado a los objetos por espacio de 1 hora, transcurrido este plazo, recuperan su tamaño original. Es aquí donde sucede una intriga de espías por la cual un científico soviético que logra controlar el plazo de la miniaturización decide desertar a los Estados Unidos consiguiendo la ayuda de un agente de la CIA, durante la persecución sufre un intento de asesinato por un espía soviético lo cual no logra matarle, pero le ocasiona un daño cerebral que lo pone en estado comatoso. Para salvarlo envían a la tripulación miniaturizada para entrar a su cuerpo monitoreando el Proteus, submarino que les sirve de vehículo, viajar hasta su cerebro, reparar el daño y regresar al mundo exterior antes de que venza el plazo de una hora después del cual recobrarían su tamaño normal. Al final logran su cometido después de salir vía nervio óptico del paciente, por uno de sus ojos.

A pesar de distribuirse la novela primero y seis meses después estrenada la película el orden de creación de ambos fue al revés. Los derechos de novelización del guion habían sido adquiridos por la editorial Bantam Book mucho antes y Asimov encargado por la casa editora para desarrollar esta novela por encargo, lo cual llevo al literato a decir: “el libro procede de la película y no al revés, pero creo que nunca lo entenderán".

Para la segunda parte del libro en 1987, Asimov fue presionado para recrear en su novela un combate entre una nave soviética y una estadounidense dentro del organismo del científico colapsado, como un modo de profetizar que la Tercera Guerra Mundial tendrá por campo de batalla los cuerpos de cada uno de nosotros. Esto ya está iniciando en albores del siglo XXI con la nanovacuna. Sin embargo, Asimov se negó a mostrar el futuro de la humanidad y tomo un argumento más parecido a la primera entrega. Pero en todas las versiones, el ojo es la salida, quizá sea un mensaje cabalístico asociado al ojo que todo lo ve. Es de notar que en la nave aparece un infiltrado que trata de sabotear la misión lo que nos recuerda al traidor de la nave Nabucodonosor en Matriz I.

Actualmente este relato de ciencia ficción se ha vuelto realidad. Recientemente los científicos catalanes han desarrollado nanobots capaces de recorrer esta travesía por el interior del cuerpo humano. Usando nuestra sangre como ríos y las arterias y venas como sus cauces. Estos se encuentran autopropulsados por nanomotores encapsulados que reaccionan químicamente mediante enzimas catalizadores que aceleran estas reacciones para lograr su locomoción.  Estos nanobots han sido bautizados como lipobots y usan los recursos biomoleculares del cuerpo donde son inyectados para mediante reacciones químicas crear reacciones con las cuales propulsarse.

Sus funciones son entre otras movilizarse al objetivo programado, penetrar en los tejidos dañados, y administrar fármacos dentro del organismos, haciendo obsoletas las inyecciones intravenosas. Es una revolución en la nanomedicina que implica a todo el cuerpo humano. Los lipobots no se detienen ni ante una sangre espesa debidamente a un PH excesivamente acido, parea ello hacen uso de algo llamado encapsulación enzimática. Curiosamente las pruebas de los nanomotores fueron sometidas en el excesivamente acido estomago humano durante el lapso de una hora, curiosamente lo mismo que dura la miniaturización en la saga del Proteus.

Las bases materiales para la tecnodictadura planetaria cada vez asumen mas sustancia. Una vacuna nanotecnológica trasladada mediante un dispositivo de radiofrecuencia conectado a un nanobot actuando dentro de nuestro organismo con una voluntad completamente distinta a la de su portador, podría llegar al punto en que estos nanobots pudieran no sólo sanar, sino destruir las células de defensa del cuerpo. Un síndrome de inmunodeficiencia adquirida biotecnológicamente. También podrían los nanobots viajar hasta la cabeza y estimular diversas zonas del cerebro para suprimir o activar distintas habilidades sin importar que para ello deba mediar el consentimiento del huésped. De todas maneras, resulta evidente que Asimov rehusó alquilar su pluma para retratar el futuro.